En estos días y no sabríamos adivinar cuántos días más, un singular
espectáculo cinematográfico vienen protagonizando un ejército de policías,
escoltados por su patrullero inteligente, otras camionetas y un «batallón» de
motos, con dos pasajeros, todos bien uniformados con sus chalecos, varas y
pitos, mirando a todos los lados, se ubican en lugares estratégicos y los
primeros motociclistas (lineales) son «cuadrados», la mirada es al casco que no
llevan, de inmediato, al depósito. Decenas de motos apiñadas en el canchón de
la comisaría.
Todo bien,
si estas movidas fueran permanentes y las 24 horas; de ahí que, recogiendo el
comentario de respetables ciudadanos que contemplan absortos tales batidas
lamentan que sólo sean «puro exhibicionismo»; puesto que a partir de las 10 de la noche, los
delincuentes hacen de las suyas hasta que amanezca.
Pésimamente dirigidos o, erróneamente conducidos los efectivos
subalternos por sus jefes que ciegamente obedecen lo que les ordenan «de
arriba», protagonizan este nefasto rol
que atenta brutalmente con los más necesitados, aquellos que se
desplazan en el día a sus labores
habituales, mientras que los delincuentes duermen para levantarse a sus faenas
siniestras por las noches. Realmente un perfecto hueveo.
En esa
forma ¿Qué logros piensa obtener para frenar la arremetida delictiva en la
ciudad? Los delincuentes usan cascos;
pero no para protegerse de los accidentes, si no para no ser identificados, ídem
los sicarios y asaltantes.
Pero eso no es
todo, hasta la misma PNP asalta por las noches
Aunque Ud.
no lo crea. en la edición 1677 del 29 de junio dimos cuenta de cómo un
ciudadano muy conocido, se dirigía a su domicilio al promediar las 2 de la
mañana luego de participar en una reunión familiar, en su moto lineal, fue
interceptado por dos policías de una camioneta patrullera color blanco, en la
intersección de las calles Villanueva Pinillos y Diego Palomino, lejos de
llevarlo a la Comisaría que está ubicada a menos de una cuadra, lo subieron a
la camioneta, mientras que el otro policía bajó y subió a la moto lineal, lo llevaron por las
inmediaciones del parque GRAU y allí lo cuadraron, sacándole lo último que le
quedaba (tres billetes de diez soles) y lo amenazaron para que «desaparezca».
Cuando llegó a su domicilio que se ubica en la tercera cuadra de la calle Manco
Cápac, dos delincuentes lo esperaban y al momento de abrir su puerta lo
«pescuecearon», derribándolo a golpes y le llevaron su moto lineal.
Testimonio
real que recibió el mismo jefe policial Crl. PNP Julio Cruz Anaya en presencia
de ¡Nor Oriente! atinando a citar para el día siguiente al agraviado «para que
identifique a los policías», si fue como el mismo dijo que «solamente
patrullaban esa noche dos camionetas con dos efectivos policiales cada uno, el
tremendo jefe no tuvo la capacidad de
investigar cuál de las dos parejas poli ciales fueron los que asaltaron al
transeúnte. Que por lo narrado por la víctima se sospecha que los mismos
policías avisaron a los delincuentes para que lo esperen y lo asalten y por la
blandura con que el jefe policial reaccionó, hasta se presta para sospechar que
los malos policías que no son muchos, tienen el aval del mismí simo jefe
policial.
Si desean
frenar la delincuencia ¿Porqué no se llevan a todos los borrachos e
indocumentados que se amanecen «chupando» en las chinganas, empezando por la
que existe a la vuelta de la Redacción de este semanario?
¿Porqué no
se levantan a las gavillas delincuciales que se ubican en conocidos barrios que
la misma policía a veces les da protección y no los captura?
Por todo ello, estas batidas u operativos
digitados desde Lima, en Jaén, vienen creando efectos contrarios, porque
reprimen a los que trabajan en el día y a los que delinquen por las noches, no
les pasa nada.
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