Toda regla tiene su
excepción. En más de 36 años de existencia y vigencia, es la primera vez que
voy a ensuciar este sagrado espacio para dirigirme a un imbécil, que
seguramente por su miopía, sus mínimos elementales conocimientos, difícilmente
va a entender; pero es mi deber, defenderme de las alimañas, de los cobardes y
más aún, de los delincuentes en potencia.
Pido mil disculpas a mis amados lectores que
no compartirán esta nota DE OPINIÓN; pero el honor, la dignidad y el esmero con
que siempre cuido y cuidaré mi semanario y mi honra, me impiden pasar por alto
las necedades de un idiota, analfabeto en periodismo y estoy aclarándole, con
argumentos profesionales, empezando por el significado de la palabra IMBÉCIL
que, según el Diccionario de la Real Academia significa: «persona
que está escasa o carece de inteligencia, que es torpe de entendimiento, un
idiota»...entre otras y este sujeto, así lo demuestra.
1º.- Se asocia con corruptos y ladrones que
no hace falta repetir porque todos lo saben. Los encubre, apoya y defiende.
2º.- Trampea, falsifica documentos para que
su empresa de vigilancia gane un apetecible concurso en la UNJ.
3º.- En este semanario, trasladamos lo que
dicen los estudiantes de esa casa superior de estudios, entrevistamos a una
integrante de la Comisión Organizadora y lo desenmascaran como lo que fue y
sigue siendo: UN CHANTAJISTA PERFECTO.
Y aquí viene la del
IMBÉCIL: pretende herirme o insultarme al tildarme como «ex-reo convicto», la
única palabrita que aprendió. Cuando yo mismo he publicado mis fotografías en
la cárcel; porque no estuve POR LADRÓN, ESTAFADOR NI CHANTAJISTA y porque esa
carcelería me enaltece de haberla
obtenido por defender lo que un imbécil, jamás lo haría. Así de simple.
Salvo mejor parecer...
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